"CAZUELA MUTANTE. La Patogallina: teatro punk y máquina sonora"


(Primer reportaje publicado en Chile sobre el estreno de la obra del colectivo artístico La Patogallina "1907: el año de la flor negra", aparecido en La Nación Domingo el domingo 24 de octubre de 2004)

-----------------------------------


Llegan de Francia y se trasladan a Matucana 100 donde el público podrá ver su último montaje: 1907: el año de la flor negra. El colectivo, autogestionado y enemigo de las concesiones, vuelve crítico de la historia oficial con su versión de la matanza de Santa María de Iquique. A partir del 4 de noviembre deguste todos los sabores de este particular caldo.


Mezclaron sangre y plumas en A Sangre `e pato, su opera prima. Fueron detenidos por carabineros luego de montar un choque entre un punk y dos cuicas en el Barrio Bellavista. Rescataron la figura del guerrillero Manuel Rodríguez en El Húsar de la Muerte y se adelantaron al escritor Hernán Rivera Letelier que tituló una de sus últimas novelas Santa María de las Flores Negras.


El colectivo artístico La Patogallina bautizó hace tiempo su más reciente montaje como 1907: el año de la flor negra. El nombre se basó en unos antiguos versos sobre la matanza en la Escuela de Santa María de Iquique, lugar donde fueron asesinados más de 3.000 trabajadores salitreros por exigir justicia. El poema metaforizaba a los muertos como flores negras en el desierto. “La sangre era tanta que `quemó´ la tierra de la escuela, por lo que sólo surgirían flores negras”, cuenta Martín Erazo, director del colectivo La Patogallina.


La idea surgió el 2002 cuando un miembro del grupo -son 16 teatreros, cultores de disciplinas como actuación, música, diseño, artes plásticas, cinematografía y literatura- relató las historias que escuchó en un viaje al norte.


"Nos interesaba abordar un suceso histórico que mostrara que el pasado se reproduce hoy. En 1907: el año... queda claro como se abusó de los trabajadores, igual que ahora, que su unión se ve utópica y pasada de moda. Hoy, la destrucción del pueblo es responsabilidad del empresariado y de las transnacionales”, afirma Erazo.


Enamorados de la idea, La Patogallina realizó viajes preparatorios a las salitreras de Iquique. Ahí conversaron con viejos lugareños y con descendientes de las víctimas. A la vez, el periodista Pablo Erazo indagaba en libros históricos, diarios, memorias y crónicas, pasando sus notas al colectivo.


La obra fue estrenada hace pocas semanas en la Aldea del Encuentro de La Reina, confirmando la propuesta "híbrida" del conjunto:con 6 actores que interpretan todos los roles, mientras los otros miembros intervienen en el montaje, incluida la música a cargo de La Patogallina Saunmachín, facción armada (con instrumentos musicales) del colectivo.


PATRICIO COBARDE


Fuera del país por estos días -se encuentran presentando 1907: el año... en el Festival de Teatro Iberoamericano de Bayonna y Biarritz, en Francia- entregamos esencias de su historia íntima. Aliñamos una cazuela que podrá degustar con todos sus sabores del 4 al 28 de noviembre en el Centro Cultural Matucana 100. En enero además, reponen su montaje más conocido: El Húsar de la Muerte.


Mediados de los ’90. Cerca del Museo de Bellas Artes, un incipiente movimiento artístico se reúne los fines de semana en el fecundo terreno del Parque Forestal. Martín Erazo, amante del teatro y el cine, conoce a otros jóvenes con inquietudes semejantes. En noviembre del ’96 nueve de ellos concretan un breve montaje titulado A Sangre `e pato. Propuesta "desenfrenada", desplumada (volaban plumas en escena) y hasta con sangre en medio de la acción. “Era un teatro punk, con fuerza y visceralidad. Ahora ello se ha ido modificando pese a que aún mantenemos esa estética de choque. No por nada nuestro símbolo es una garra con uñas”, señala Erazo.


El colectivo carecía de nombre hasta que un miembro recordó un grafitti político cercano al Cementerio General que decía "Patricio Cobarde". El cambio fue simple: de ese rallado a "Patogallina", más el artículo "la" para aludir a un ave mutante. "Somos híbridos y multifacéticos, con todos desempeñando distintas funciones... como una cazuela formada por diversos ingredientes".


Poseídos por el Espíritu Pato (mantra oficial no escrito de la compañía) vivían al día teniendo su "nido" en La Perrera Arte. Su apuesta fueron montajes y espectáculos arriesgados, con uso de materiales reciclados. “Una vez nos presentamos en la Cárcel de Valparaíso y comenzamos a hurgar entre los desechos buscando materiales, un gendarme que nos veía asombrado nos puso los vietnamitas”, rememora Erazo.


El 2000, satirizando a las instituciones culturales, crean su "Departamento de Extensión", cuyo debut fue con El Tercero de Celestina, obra "seudoerótica" centrada en un triángulo amoroso, escrita y actuada por Patricio Pimienta en todos los roles.


Este "Departamento de Extensión" también respondió a trabajos a pedido. Uno de ellos de imprevista conclusión: era 2001 y en el marco del proyecto "Urban Culture" de Lucky Strike desarrollaron Carrocerías, parodia de los espectáculos sangrientos y el usufructo mediático de la sangre. La escenificación fue la siguiente: en pleno Barrio Bellavista chocan el auto de un punk con el de dos jóvenes cuicas, "confrontando dos mundos en una esquina". Tras ello, llega una ambulancia pelando forros. Ante la curiosidad y el nerviosismo del público -que no comprende bien lo que ocurre- las puertas del vehículo de emergencia se abren de par en par y aparece La Patogallina Saunmachin. Después llega la “prensa” y los fotógrafos logran instantáneas sangrientas que reparten entre los transeúntes. De pronto, abruptamente parten los autos, dejando sangre y aceite en las calles.


Así sucedió las dos primeras jornadas. Hasta que en la última llegó la policía, paró el acto, solicitó documentos y detuvo a los artistas.


Con la lucidez de una creación verdadera, La Patogallina realizó hace unos años en La Batuta una "Fonda por la Reconciliación Nacional", que incluyó actos como: Teatro Reconciliador, Trapecio para una Verdad en Vuelo, Videos con Visión de Futuro y Música en Vivo para Dialogar. Hoy, a la entrada del galpón de ensayo que arriendan en el Centro Cultural Ex Hospital San José, se ve el estandarte de aquella velada parodiando al escudo nacional con el lema "Por la Razón o a la Cresta".


El 2002 las actrices Sandra Figueroa y Gloria Salgado llevaron a escena Gritos de Guerra, obra de danza que exploraba problemáticas femeninas, sin palabras pero con música en vivo. También ese año, Radio Tierra transmitió el espacio semanal "La Patogallina en la Tierra" con radioteatros, entrevistas, comentarios y noticias.


“DOS TRAIDORES”


Además de 1907: el año... el colectivo potencia las tocatas, remuneradas o gratuitas, de La Patogallina Saunmachín, banda nacida a fines de los ’90 en fiestas de La Perrera Arte y como parte de los montajes del grupo. "Nuestra idea fue ironizar sobre tener una ‘máquina de sonido’ propia. Y como en inglés así ‘suena’, así la llamamos”.


Perdónalos porque no hacen lo que saben es el título de su único disco a la fecha, rockero pero con influencias de la cumbia, el reggae, el tango y el bolero. Si bien la banda remarca el teatro del colectivo, cuando tocan es al revés: una puesta en escena teatral acentúa su música. La Saunmachín a menudo participa en actividades contestatarias, ello porque "lo que pensamos es claro: no estamos de acuerdo con que hayan presos políticos ni con que los asesinos de la dictadura estén libres, por lo que si nos invitan a tocar contra aquello, vamos y gratis. No militamos en ningún partido ni la banda tiene un perfil político. Lo nuestro es lo carnavalesco y la ‘acidez’ del buen folclor".


En noviembre presentan 1907: el año... en Matucana 100 y en enero del 2005 repondrán en el mismo escenario El Húsar de la Muerte, obra inspirada en la película homónima de 1925 del director Pedro Sienna.


El Húsar... -estrenada el 14 de julio de 2000 paradójicamente en La Cúpula del Parque O’Higgins-, transcurre en un escenario que emula una antigua sala de cine, donde todo es en blanco y negro, incluido el vestuario. Los actores se desplazan con la lentitud de un filme mudo, comunicándose con carteles.


El punto de vista de la obra fue nítido: enaltecer "las hazañas" del guerrillero y denunciar "la traición" de O’Higgins contra el caudillo popular.


Sobre esta restitución, Erazo reafirma que los montajes históricos pueden dar fe de situaciones repetitivas. Y va lejos: O’Higgins y Pinochet: ambos fueron traidores. El primero cuando decretó la muerte de Rodríguez, a sus espaldas, y el segundo con Allende y al atacar La Moneda. La historia se repite: los montoneros que lucharon por la Independencia fueron dejados de lado por el nuevo gobierno, como pasó con muchos que combatieron la dictadura. Ellos nos importan: los "sin voz" que pese a ser silenciados por la historia oficial que oculta y miente, son el motor de los cambios sociales. Para nosotros el teatro, desde Moliere a Shakespeare, debe enjuiciar su época”.

Comentarios

Entradas populares